Uno de los problemas más importantes cuando se trata de relojes automáticos es el desgaste del movimiento y la precisión. Esto simplemente indica con qué precisión o imprecisión su reloj de pulsera mecánico indica la hora.

Una cierta desviación es perfectamente normal aquí y no se puede evitar. Pero con algunos trucos puede influir en la desviación de frecuencia de su reloj automático.

Lo que quizás no sabías: la forma en que bajas tu reloj automático por la noche marca la diferencia.

La fricción constante entre las ruedas y el volante juega un papel importante aquí. Si el reloj está de lado, con la corona hacia arriba, entonces todas las ruedas y la balanza descansan con la mayor superficie de fricción posible. Esta fricción crea más resistencia, y esto le da a su reloj automático más retraso.

Por supuesto, esto no es visible a simple vista, pero el almacenamiento durante la noche después de unos días es un aspecto importante.

Entonces que puedes hacer Muy simple: trate de mantener la fricción de la balanza lo más baja posible.

Coloque su reloj automático con la cara hacia arriba en su mesita de noche; esto reducirá la superficie del volante y, por lo tanto, la fricción en el movimiento. Eso significa: el reloj tiene un mejor resultado de velocidad y menos desgaste que antes.

Seguro: un reloj automático se alimenta de energía mediante tus movimientos en la muñeca. Pero los movimientos demasiado rápidos no son buenos para su reloj automático.

Los impactos excesivos o las fuertes vibraciones de la muñeca pueden, en determinadas circunstancias, provocar que los resortes de ajuste abandonen su lugar, que se dañen algunas ruedas del movimiento automático o que la espiral de los disturbios se vuelque.

Un problema muy común causado por golpes en la carcasa es el vuelco del resorte en espiral. Esto puede provocar una parada completa o un funcionamiento intenso de su reloj automático.

Por eso te aconsejo que siempre te quites el reloj automático cuando practiques deportes como tenis, golf y ciclismo de montaña.

Un reloj automático es bastante resistente a las temperaturas en comparación con un reloj de cuarzo. Sin embargo, no debes dejar tu reloj al sol.

El interior de la caja del reloj puede calentarse muy rápidamente y dañarse como resultado. Además, no debe exponer su reloj automático a fluctuaciones bruscas de temperatura.

Por ejemplo, si salta al agua fría con su reloj de pulsera en verano, el vidrio puede empañarse desde abajo.

Debido al drástico cambio de temperatura, se ha formado condensación debajo del vidrio y en la esfera. Debe retirarse lo antes posible, de lo contrario, se pueden producir daños por agua en el dial y el mecanismo de relojería.

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