El verano, con sus cremas de sol, agua de mar y altas temperaturas, deja huellas en nuestros relojes. “Los meses de calor son el peor momento del año para los relojes. Sudamos más, estamos más expuestos al exterior y hay cambios bruscos de temperatura. Aunque las temperaturas muy bajas en pleno invierno tampoco son buenas. Los contrastes de temperatura en general son delicados”, explica el relojero Daniel Navarro, dueño de la tienda Danafi en Barcelona, especializada en la restauración de relojes, y agrega que “Los relojes, como cualquier pieza mecánica, necesitan un cuidado”.

“Toda la suciedad que se acumula del sudor, el polvo y las cremas deteriora los materiales. Aunque un reloj sea de acero inoxidable, se puede dañar”, apunta Manuel Díaz Muñoz, presidente de la Asociación Nacional Profesional de Relojeros Reparadores (Anpre) y dueño de la tienda Artesanos Relojeros en Nerja, Málaga. Sin embargo, hay una solución simple, rápida y económica para reducir los posibles daños y alargar la vida de nuestros accesorios: limpiarlos con regularidad. Aquí explicamos cómo hacerlo desde casa, sin herramientas ni complicaciones.

Relojes IWC en un escaparate de Berlín Jens Kalaene/ GPA via Getty Images

Una limpieza para cada reloj

Aunque la limpieza diaria de nuestro reloj no presenta demasiadas complicaciones, es importante tener en cuenta algunos aspectos antes de embarcarnos en la tarea. Lo primero que debemos saber es si se trata de un reloj resistente al agua. “Se tiene que tener en cuenta si es un reloj sumergible. Si uno ha ido a la playa y se ha bañado en el mar, hay que quitarle la sal con agua dulce, ya que puede perjudicar el exterior”, dice el relojero Daniel Navarro Bruno.

Para hacerlo, el experto recomienda enjuagar el reloj con agua del grifo y remover el salitre con un cepillo de dientes que ya no utilicemos. “Si se trata de un brazalete de acero, lo recomendable es utilizar un cepillo de dientes húmedo. Es importante cepillar bien las partes donde más suciedad se acumula del polvo, el sudor y las cremas, como la parte de atrás o los eslabones”, agrega el presidente de ANPRE. Si el reloj no es hermético pero también de acero, asegura que lo mejor es utilizar un cepillo aunque sin humedecerlo.

Un técnico relojero revisa la maquinaria de un reloj Jens Kalaene/ GPA via Getty Images

Para Ana Torner, responsable de la tienda catalana Ancienne, dedicada a la compra-venta y tasación de relojes, lo ideal es utilizar el cepillo de dientes con alcohol puro rebajado con agua. En cuanto a las precauciones a tomar, insiste en que “Es fundamental chequear que la corona esté bien cerrada al momento del lavado porque de lo contrario puede entrar agua o polvo y dañar el reloj”. Tal como indica, igual de importante es asegurarse de secarlo bien una vez que se termina.

A su vez, recomienda sólo limpiar en casa los relojes que tienen pulsadores a rosca. Si son a presión, asegura que es mejor acudir directamente a un profesional para evitar la entrada de agua u otras sustancias perjudiciales. También recomienda tener especial cuidado con los relojes de oro, ya que “es un metal mucho más blando que el acero”.

Atención a la correa

Si la correa está hecha con materiales aún más sensibles, debemos utilizar otros utensilios para no dañarlo. En estos casos, Torner indica “Utilizar un paño de microfibra para limpiarlo de forma suave con la solución de agua rebajada con alcohol, aunque también puede ser con agua y jabón”, y agrega que “también se pueden usar palillos de dientes de madera para limpiar los biseles o el cristal, porque no rallan el metal”.

“Si la correa es de cuero, es mejor utilizar un pequeño trapo de microfibra para quitarle el polvo o sudor que haya quedado”, coincide Manuel Díaz Muñoz e indica que ese mismo paño puede utilizarse también para limpiar el cristal. Por su parte, el dueño de la tienda Danafi, apunta que “Para aquellos relojes no resistentes al agua, con cajas doradas, y no de acero, y con correas de cuero, es importante limpiar con precaución su exterior para que no se deteriore. Podemos hacerlo con un pañuelo de papel un poco humedecido. Lo que tenemos que evitar es que se acumule polvo o sudor”.

Para una buena limpieza, hay que separar la esfera Ancienne

Más limpieza cuanto más se use La frecuencia con que deberíamos limpiar nuestro reloj debería ser proporcional al uso que le damos. “Hay personas que tienen varios relojes y que el uso que hacen es ocasional, otras lo usan todos los días”, indica el dueño de Danafi. “Siempre depende del uso que le de cada persona. No es lo mismo un reloj que solo se usa para bodas y comuniones, que uno que se utiliza a diario”, explica Manuel Díaz Muñoz.

Para el presidente de Anpre, la clave para prolongar la vida del artefacto es limpiarlo cada día después de usarlo. “Si se hace un uso diario, recomiendo quitarlo y limpiarlo todos los días. Para quienes lo reservan para acontecimientos importantes, pueden hacerlo después de usarlo y luego guardarlo en la caja original en un sitio sin luz ni humedad para que no se deteriore”, dice el experto.

Por su parte, Ana Torner recomienda a los coleccionistas siempre guardarlo en un sitio que no solamente esté alejado de la luz solar y la humedad, sino “también de los humos, ya que las esferas del reloj pueden alterarse si la persona que lo lleva es fumadora”. ¿Lo ideal? Guardarlo en una caja fuerte, aislado de condiciones climatológicas extremas.

Para un mejor mantenimiento conviene guardar el reloj en su estuche Archivo

Revisión a partir de dos años

Aunque una limpieza puede ayudarnos a conservar mejor nuestro reloj, no podemos esperar que arregle daños que necesitan de una mano profesional. La primera limitación que tiene la limpieza que podemos hacer en casa es que se trata solo de una limpieza exterior. Para poder limpiar el interior, lo cual implica una revisión y un cambio de aceites y engrases, se necesita de un relojero experto.

El momento de limpieza puede ser una buena oportunidad para mirar de más cerca a nuestro accesorio y detectar posibles señales de que necesita pasar por el taller. “El desgaste del uso nos da un síntoma de necesidad de restauración integral completa o parcial, dependiendo de las partes que se vean mal. Podemos hacer un chequeo visual, para ver si tiene golpes, honduras o rayas”, explica el dueño de la tienda Danafi. “En los relojes sumergibles, tenemos que comprobar que todas las partes estén en óptimas condiciones y ante la mínima duda chequearlas para no tener problemas”, agrega.

De cualquier manera, los expertos aclaran que para que nuestro reloj sobreviva al paso del tiempo debemos hacerle revisiones periódicas. “Lo que aconsejan las casas de los fabricantes es que se haga a partir de los 2 años, debido a que los aceites que llevan las máquinas pueden empezar a deteriorarse a partir de ese momento”, explica Daniel Navarro Bruno. “Los relojes mecánicos sufren mucho desgaste”, asegura Manuel Díaz Muñoz e insiste en que “es fundamental hacer las revisiones periódicas y no esperar a que el reloj se pare para llevarlo al relojero profesional”.

Leave a Comment