Si tu elección es un brazalete de metal, tendrás que tener en cuenta varios factores. Este tipo de correas no es tan flexible como pueden ser las de caucho o piel, y son por lo general mas pesadas, a excepción de algunos tipos que luego explicaré.

Tienes que asegurarte que sea acero inoxidable, para que el agua no sea un problema en un futuro. La calidad, como en todo, también es importante. Normalmente un brazalete de acero 316L, es el que utilizan todas las marcas para dar un mínimo de calidad en el material. Un brazalete de acero hueco, hecho con laminas, marca la diferencia en el precio con uno hecho con la malla maciza. Si la diferencia está en el precio, es a costa de la calidad del material, o normalmente debería de ser así.

Otra de las cosas que debes de mirar es el acabado. El ruido que hacen las mallas al moverse, o los cantos muy vivos de estas cuando pasas los dedos, son síntomas de un brazalete de baja calidad.

El color es otra de las cosas a valorar. Para conseguir los diferentes colores en el metal se utiliza un método llamado PVD, que otro día os hablare mas detalladamente de el. El caso es, que el resultado es un color sobre el acero, que dependiendo del uso, el sudor de uno mismo, golpes, e incluso el uso de colonias, puede dañar este color, y verse un brazalete muy envejecido.

El mayor inconveniente de una correa metálica es su peso, pero como os decía al principio, existen alternativitas.

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